Elecciones: Derrotar el Proyecto 2025: Exigir que el Gobierno Satisfaga las Necesidades Básicas
Derrotar el Proyecto 2025: Exigir que el Gobierno Satisfaga las Necesidades Básicas
Levantarse como leones después del sueño
¡En número invencible!
Sacude tus cadenas a la tierra como rocío
Que en el sueño había caído sobre ti –
¡Sois muchos, ellos son pocos! – Percy Bysshe Shelley, 1819
En esta temporada electoral, nosotros, el pueblo, estamos siendo traicionados por una clase dominante decidida a mantener al pueblo estadounidense dividido e impotente. Nuestros gobernantes corporativos utilizan tácticas fascistas que son elementos del manual de la Fundación Heritage llamado “Proyecto 2025”.
La antesala del Proyecto 2025 incluye las recientes decisiones de la Corte Suprema de EE.UU. que justificaron el intento de golpe de Estado del 6 de enero, fomentando la criminalización de personas sin vivienda, y que eliminan nuestros derechos a alimentos, agua y aire seguros, y mucho más.
El Proyecto 2025 (y las políticas que lo acompañan presentadas en los discursos de campaña de Trump y en decisiones de la Corte Suprema) es el reemplazo abierto de la limitada democracia qué tenemos hoy en día con una dictadura corporativa violenta y sin restricciones: La Ley de Insurrección, invocada contra protestas pacíficas. Inmunidad presidencial. La reversión de los esfuerzos por garantizar los derechos civiles básicos y la protección contra la discriminación. Detenciones y/o deportaciones de decenas de millones. Redadas militares manzana por manzana en barrios de color para acorralar a cualquier persona sin una identificación gubernamental. Restauración de la injusticia de Jim Crow. Una prohibición nacional del aborto. Supresión de periódicos y otros medios independientes. Aumento del encarcelamiento masivo. Negación de subvenciones para vivienda y atención médica. Deportación de manifestantes palestinos. Supresión de las comunidades LGBTQ. Eliminación de regulaciones ambientales. Destrucción de todas las regulaciones provenientes de agencias federales. Acabar con el Departamento de Educación. Fijación y/o vuelco de elecciones (donde todavía existan). Quitar la ciudadanía a hijos de inmigrantes. Encarcelamiento de revolucionarios.
Ésta es la promesa y la pesadilla del Proyecto 2025. Representa la solución más inmediata y peligrosa tendencia en la ofensiva fascista general, y debe ser derrotada. Como nos enseñó el famoso antifascista Georgi Dimitrov,” quien no luche contra medidas reaccionarias de la clase dominante corporativa y el crecimiento del fascismo en sus fases y etapa preparatoria, no podrá impedir su victoria más adelante”.
Las tácticas revolucionarias no tienen sentido a menos que sean parte de una estrategia revolucionaria. La estrategia a largo plazo de la Liga de Revolucionarios por una Nueva América es luchar continuamente por la política de la clase trabajadora, la unidad, la organización política, la independencia y la conciencia política. Este es el único camino hacia el poder necesario para organizar la sociedad cooperativa que hace posible y exige la tecnología digital moderna.
El Proyecto 2025 tiene como objetivo deliberadamente prevenir esa unidad de la clase trabajadora a través de la negación de los derechos humanos básicos, el terror y el derrame de sangre. Derrotarlo es indispensable para hacer avanzar el proceso revolucionario.
La gente no debe dejarse engañar por la ilusión de que el Proyecto 2025 no es tan malo, o no tan diferente del estatus quo. En realidad, el proyecto 2025 corresponde bien con la definición clásica del fascismo: “sustitución por una forma estatal de dominación de clase de la burguesía – la democracia burguesa – por otra forma – el terrorismo abierto de dictadura.”
Por lo tanto, derrotar el Proyecto 2025 no se trata de apoyar a Biden ni a ningún otro candidato. Es una táctica para construir el movimiento revolucionario. Se trata de paso a paso trabajar por la unidad de los diversos sectores de nuestro movimiento, comenzando especialmente donde la economía une a los trabajadores en una creciente igualdad de la pobreza. Se trata de unir a las personas que luchan por las necesidades básicas en contra del Proyecto 2025 el cual les impedirá alcanzar sus metas y necesidades indispensables. Los revolucionarios necesitan pensar políticamente cómo conectarse e interactuar con personas que sienten el dolor y buscan formas para abordarlo.
Las campañas electorales (locales, estatales y nacionales) pueden desempeñar un papel poderoso en la construcción de la unidad política. Si bien no podemos derrotar el Proyecto 2025 simplemente trabajando en un ambiente electoral de campaña, la táctica de la votación puede ser una parte importante de ella. Construir la unidad significa educarse pacientemente unos a otros y abstenerse de avergonzar a los demás por cómo emiten sus votos o no.
Por lo tanto, la verdadera victoria de hoy en día requiere que se derrote a la dictadura y garantizar la transformación socioeconómica hacia los intereses de la clase trabajadora, no simplemente en interés de la propiedad privada corporativa. La clase trabajadora requiere democracia para luchar por los programas que necesita para sobrevivir. A largo plazo, no podremos tener ni una democracia real ni seguridad económica hasta que el movimiento social organice el poder político para reemplazar la economía de la propiedad privada por una que distribuye la riqueza de la sociedad basada en las necesidades humanas, no para el beneficio privado.
A pesar del derramamiento de sangre, a pesar de los enormes obstáculos, e incluso si no logramos detener el avance en esta vez del Proyecto 2025, no tenemos más remedio que aferrarnos a nuestra visión. La misma tecnología que la clase dominante utiliza para despedir a la gente también puede utilizarse para liberar a la gente. Empobreciendo a millones, el sistema está creando una clase de personas que Platón llamó “los enamorados de la revolución”.
La única manera de que nuestra clase derrote el Proyecto 2025 y el fascismo que representa, es por medio de luchar por una sociedad donde la riqueza es considerada propiedad pública o en común, y que se distribuye según las necesidades. No se puede lograr la victoria hasta que obtengamos el poder político necesario para derrotar al fascismo, organizar la sociedad cooperativa que necesitamos, y crear la sociedad pacífica para asegurar un mundo sostenible que en nuestros corazones y mentes sabemos es posible y necesario.
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